Acoso escolar: se visibiliza más, pero no se acaba

El acoso escolar, problema complejo y multidimensional, muchas veces invisible, que tiene raíces tanto en la psicología, como en la Educación en familia y en la Educación desde la escuela, requiere medidas para poder tomar la acción adecuada: educar en empatía, coordinar la respuesta de los centros educativos y ser consciente del problema.Dilo todo contra el bullying

El objetivo del II Estudio sobre la percepción del bullying en la sociedad española Dilo todo contra el bullying de Totto y Educar es todo ha sido conocer la opinión que tienen los padres y las madres, profesores y alumnos sobre la situación con el acoso escolar en España.

En el estudio han participado madres y padres de niños y adolescentes, docentes y trabajadores de los centros educativos y los chicos y chicas de entre 5 y 18 años de 14 comunidades autónomas de España.

Los resultados del estudio ilustran una realidad preocupante: una tercera parte de los padres ha tenido constancia de alguna situación de acoso escolar, incluido ciberbullying, en el centro educativo de sus hijos.

Uno de cada cinco niños reconoce haber sufrido bullying. En este sentido, genera mucha preocupación la actuación por parte del centro educativo en una supuesta situación de acoso: el 38% de los niños asegura haber visto casos de acoso escolar en su centro y que nadie hiciese nada.

“Lo que más llama la atención son estos últimos porcentajes: que los jóvenes vieron en su centro escolar casos de acoso y bullying y directamente no se hizo nada. Es algo en lo que hay que hacer hincapié, dándole muchísima visibilidad, para que no suceda”, señaló el director del estudio David Martín de la Morena.

Hablando sobre las estadísticas de las comunidades autónomas por separado, la comunidad con el mayor porcentaje de los niños que reconocen haber sido víctimas de bullying es el País Vasco (27,9%). El menor porcentaje de niños, víctimas de acoso escolar, se observa en Murcia (14,1%). Los tipos de acoso más frecuentes son el psicológico, verbal y social (exclusión del grupo), según confiesan los niños que reconocen haber sufrido acoso.’Espacios ciegos’ de bullying

En 2019 la ONG Educo llevó a cabo la investigación Érase una voz… Si no nos crees, no nos ves con el fin de conocer la percepción de la violencia contra la infancia.

Más de 900 niños y niñas residentes en España participaron en la encuesta, respondiendo a las preguntas sobre su visión y opinión sobre la violencia que se ejerce contra ellos.

Según las encuestas realizadas, más de la mitad de los niños piensa que su colegio o instituto es uno de los lugares donde existe “mayor riesgo de sufrir violencia” y añaden “especialmente por parte de otros niños y niñas”.

“Es un dato muy relevante”, comentó uno de los autores del estudio Armando Bello, “pero otros ámbitos y otros espacios están percibidos igual o más inseguros: internet y redes sociales, en más del un 84%”.

En el informe de Educo se consta la presencia del acoso escolar en tal llamados “espacios ciegos” de un centro educativo, “en los sitios donde es posible el maltrato sin que nadie lo sepa”.

“Se refieren, sobre todo, al patio, al lavabo, lugares alejados de la mirada del responsable, de los adultos o de otros compañeros”, comentó Armando Bello, añadiendo que en la investigación no se pregunta “específicamente” cuales son estos espacios.

Es importante destacar que los niños y niñas de origen migrante son los que más perciben estas situaciones.

Los “espacios ciegos” de los centros educativos se han estudiado, pero de manera más detallada desde National Center for Education Statistics de los Estados Unidos. Los resultados de una de las investigaciones llevadas a cabo señalaron que estos “espacios ciegos” son, sobre todo, los pasillos y las escaleras.

Los estudiantes de entre 12 y 18 años destacaron casi el doble de incidentes de acoso en áreas de transición entre clases, que en otros espacios escolares como comedores, cafeterías o patios.Acoso en las redes sociales

Con respecto al acoso que tiene lugar fuera del centro educativo, el 95% de los padres opina que las redes sociales han agravado el problema.

La inmensa mayoría de los españoles mayores de edad opina que la pandemia y el confinamiento ha hecho al acoso escolar trasladarse al internet y a las redes sociales.

Sin embargo, la realidad del ciberacoso no ha aparecido con la pandemia ni mucho menos. El bullying en las redes sociales ha estado presente a lo largo de las últimas décadas, convirtiéndose en una realidad de sufrimiento más para las víctimas habituales de acoso.

“Con el acoso a través de las redes sociales, la raíz del problema sigue siendo la misma: desprecio, superioridad, ganas de hacer daño, pero en este caso usando el mecanismo acelerante que son las tecnologías de información”, destacó el profesor y psicólogo José Antonio Luengo en una de las entrevistas del proyecto Aprendemos Juntos de BBVA y El País. Las formas más frecuentes del acoso en las redes sociales son parecidas a los tienen lugar en el mundo offline: violación de la intimidad, rumores, exclusión del grupo etc.

No obstante, Luengo destaca que cada día se enfrenta a las nuevas formas de hacer daño a través de las tecnologías de información y las redes sociales que “ni se podía pensar antes”. Tomar acción desde la empatía

“La clave para deshacernos del acoso está en los propios chicos y chicas.  Los que antes eran observadores y no tomaban acción tienen que levantarse y decir al violento: “Se acabó”. En el momento cuando se levantan voces de defensa de los débiles y vulnerables, el violento queda arrinconado. Siempre van a haber violentos, pero también van a haber muchos chicos y chicas buenas que todavía no saben la capacidad que tienen para cambiar la situación”, asegura José Antonio Luengo.

En muchas ocasiones es la empatía que se nombra entre los mejores aliados en la lucha contra el acoso escolar. Desarrollar la capacidad de entender sentimientos que está viviendo la víctima de bullying, agresión o humillación es la clave para la prevención efectiva del acoso escolar, piensa el catedrático de Psicobiología Luis Moya Albiol: “La empatía y la violencia tienen unas confluencias neuroquímicas y biológicas que hacen que los cerebros empáticos sean menos violentos. Hacer la prevención del acoso sería aplicar programas de Educación en empatía desde la edad más temprana, para educar en empatía. Ahora hay una gran parte de los chicos y chicas, que no son violadores ni tampoco víctimas, pero participan en el acoso de manera pasiva, no denuncian al abusador”.

Luis Moya Albiol, como muchos otros psicólogos, opina que los cambios llegarán cuando este “grupo pasivo” tome  conciencia de lo que está pasando a su alrededor y se atreve a tomar acción. Pero para que sea así, la actitud adecuada y la Educación en empatía tienen el papel crucial.¿Se educa en las obligaciones?

Según los resultados del estudio de Totto y Educar es todo, la mitad de los españoles opina que los menores acosadores suelen provenir de las familias donde se educa en derechos y no en obligaciones. Al mismo tiempo, el 87% de los encuestados opina que hoy en día no se les exige a los hijos e hijas demasiadas obligaciones ni se les ponen límites claros en familia.

A la pregunta “¿Crees que te darías cuenta de que tu hijo es acosador?” un poco más de la mitad de los padres afirma que no se darían cuenta. Además, solo el 4.6% de los padres y las madres afirma que reconocen el acoso que ejerce su hijo o hija. Casi el 95% de los españoles piensa que los padres de los acosadores suelen tratar de ocultar, minimizar o justificar el acoso escolar o bullying que ejercen sus hijos. Desde los centros educativos

Según los resultados del estudio de Totto y Educar es todo, más de 82% de los profesores piensa que la falta de preparación para poder resolver los casos de acoso escolar se debe a que no reciben suficiente formación e información al respecto.

Uno de cada cinco profesores confiesa que no está preparado para resolver los problemas que surgen a raíz del acoso escolar y no se ve capaz para ayudar al alumnado.

Aún así un poco menos de la mitad de los niños que participaron en la investigación afirma que en las situaciones de acoso ellos reciben el apoyo adecuado por parte del profesorado.

Más del 53% de los profesores españoles cree que los centros educativos del país suelen tratar de ocultar los casos de acoso escolar con el fin de evitar que se tenga una imagen negativa de ellos.

Con la nueva Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, cuyo proyecto se aprobó por el Congreso de los Diputados en abril, se completará el marco establecido en la Ley Orgánica de Educación en lo referido a la actuación de los centros educativos frente al acoso. Cada tipo de acoso tendrá el propio plan de actuación: indicios de abuso y maltrato, acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de género, violencia doméstica, suicidio, autolesión y cualquier otra forma de violencia.

El cambio fundamental es la aparición de una figura de coordinador de bienestar y protección en todos los centros educativos. La responsable de Protección a la Infancia del British Council, Sonja Uhlmann, calificó esta nueva normativa como “importantísima”, añadiendo que es crucial “que en el entorno escolar haya profesores especializados en la prevención de conflictos y su detección para intervenir y tomar acción lo más pronto posible”.

Por otro lado, según la nueva normativa, los centros de Educación superior tendrán que promover en todos los ámbitos académicos la formación, docencia e investigación en derechos de la infancia y adolescencia y en la lucha contra la violencia ejercida sobre los mismos.Seis preguntas frecuentes sobre el acoso escolar

A las preguntas responden los psicólogos del centro de atención terapéutica y educativa para adolescentes, jóvenes y sus familias Amalgama7.

  1. ¿Qué síntomas tiene una persona que sufre bullying o ciberbullying? Los síntomas más frecuentes que pueden presentar tanto las víctimas como los agresores son físicos: dolor abdominal, trastornos del sueño, cefalea, fatiga, neurosis secundaria, pérdida de apetito o de peso; síntomas psicológicos: aumento de la ansiedad, depresión, baja autoestima, disminución del rendimiento escolar, dejar de conectarse a Internet o conectarse con más frecuencia todavía,  tristeza, irritabilidad, no querer hablar del tema. Incluso, en algunos casos se presentan ideas suicidas. que es lo más peligroso.
  2. ¿Cómo se debe tratar a un agresor? Las víctimas, los espectadores y los agresores son menores de edad que precisan ayuda, siempre por medio de la terapia psicológica, para intentar revertir su situación y  poder cambiar su actitud. Muchos agresores no tienen conciencia de efectuar ningún maltrato. La primera ayuda consiste en que, previamente, tomen conciencia que con su conducta maltratan a otra persona, ya que, por lo general, tienen dificultades para manejar sus emociones y llevarse bien con otros.
  3. ¿Un acosador puede revertir su rol ante la sociedad? “Si el acosador recibe ayuda psicológica puede revertir perfectamente su rol en la sociedad. Cuando la persona entiende que tiene un problema y que ha causado dolor a otros, se abre una ventana que difícilmente dejamos que se le vuelva a cerrar”, explica el doctor Jordi Royo.
  4. ¿Qué hago si es mi hijo el que acosa? Si se descubre que un hijo o hija está acosando a un compañero o compañera, hay que confrontarlo y hacerle reflexionar. Sin embargo, los agresores a menudo presentan trastornos de conducta, tales como Trastorno Negativista Desafiante (TNA) o Trastorno Disocial, así como dificultades de aprendizaje y atención. Se necesita la intervención profesional.
  5. ¿Cómo actuar ante el bullying o ciberbullying? Si se detecta un caso de acoso o ciberbullying en el centro educativo, es importante comunicarlo a los profesores y buscar ayuda profesional. Cada centro educativo tiene un protocolo de actuación ante las situaciones de bullying, por lo que es importante que la dirección del centro intervenga.
  6. ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a su hijo o hija que sufre bullying o ciberbullying? Desde casa se puede dialogar y escuchar al hijo o hija que sufre acoso, enseñarle a denunciar mensajes de acoso en las redes sociales, reforzar su autoestima, cuidar su privacidad, buscar atención individualizada por parte de la escuela y de psicólogos y guardar las pruebas del acoso por si fuera necesario denunciar al agresor. Muchos niños y niñas que sufren bullying desarrollan trastornos de salud mental a largo plazo, por lo que la asistencia preventiva y la terapia son esenciales.

Fuente: https://www.magisnet.com

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