¿Y del ciberbullying cuándo hablamos?

El caso de Drayke Hardman se hizo viral hace unos días. El niño de 12 años se suicidó a causa del acoso recibido por parte de un compañero en su colegio. Los padres lejos de quedarse callados compartieron lo ocurrido en sus cuentas de Instagram e hicieron un fuerte llamado a la reflexión.

Infortunadamente, con el paso de los días el caso pasará de la viralidad al olvido, cumpliendo con el inexorable ciclo en internet. Pero lo ocurrido con Drayke Hardman tiene que ser un caso emblemático. Tiene que ser un episodio que cambie el paradigma. La pandemia del bullying existe y está llevándose las vidas de millones de niños, niñas y jóvenes en el mundo.

¿Y qué pasa en la vida digital? Esta maldita pandemia hizo que los más jóvenes duplicaron sus tiempos de conexión a internet. Lo que implica un aumento exponencial de los riesgos. Por supuesto, el ciberbullying creció como nunca antes.

Según un reporte de L1ght, una empresa que detecta y filtra contenido abusivo y tóxico en línea, el discurso de odio entre los niños y adolescentes aumentó un 70 % desde que los estudiantes comenzaron sus clases en línea.

El informe de L1ght reveló, y ojo a esta estadística, el nivel de toxicidad en las plataformas de juegos como Discord aumentó un gigante 40%. Además, debido a que un mayor número de personas está en línea, existen muchos más posibles agresores y víctimas potenciales.

El problema más grande es el nivel de impunidad. ¿Cuántos casos de ciberbullying llegan a un juzgado? Y si llega a ocurrir ese milagro, ¿cuántos casos terminan con una sentencia? Pero aún, ¿el aparato judicial si tiene el conocimiento para investigar y argumentar un caso de ciberbullying?

Todo mal. Según Securty.org, uno de cada cinco niños de 10 a 18 años ha sido víctima del acoso en línea en los Estados Unidos. En Colombia, no existen cifras muy aterrizadas del tema. Durante 2021 los delitos cibernéticos en Colombia ascendieron a 33.465, lo que significa un aumento de 17% en comparación con 2020, cuando fueron 28.524 casos.

Según cifras del Centro Cibernético Policial, 18.578 URL fueron bloqueadas en 2021 por contenidos maliciosos; se recibieron 1.558 denuncias y se efectuaron 49 capturas.

Infortunadamente, el abordaje que se le está dando a este flagelo es más bien liviano. Y poco punitivo. El enfoque principal está centrado en las víctimas. Pero muy poco en los agresores. No es un tema sencillo. Pero tanto la rama legislativa, como la judicial tienen que comenzar a estudiar el ciberbullying como otro delito cibernético. De lo contrario, esa pandemia seguirá cobrando vida de niños y niñas en el país.Publicidad

¿Qué está a nuestro alcance? La educación. Nadie puede educar a un acosador. Es así de sencillo. Los acosadores, en el 1.0 y en el digital, deben recibir algún tipo de castigo. ¿Cómo? Por ahora es difícil saber cómo. Pero es necesario. La impunidad digital no puede seguir generando suicidios.

Tenemos que detener esa pandemia. Con leyes. Con fiscales especializados. Con policías especializados. Con forenses especializados. Con acciones contundentes. Estamos hablando de la vida de niños, niñas y jóvenes. Si eso no es una prioridad, ¿entonces qué es?

Fuente: https://www.pulzo.com

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